sábado, 4 de abril de 2009

Consejos para plantar marihuana

Cantidad de agua en cultivo de interior

En cultivos de interior se debe vigilar la temperatura del agua sobre todo en invierno. Si la temperatura está por debajo de los 15ºC deberemos dejarla reposar en alguna zona que se encuentre a temperatura superior, en bidones por ejemplo. Es muy importante regar con agua templada, ya que el crecimiento y la floración se ralentizan mucho si la temperatura es baja. Se ha confeccionado un calendario para cultivo en exterior para guiar al cultivador novel acerca de la cantidad de agua que requerirán las plantas para cualquier cultivo en exterior:

Durante los meses de febrero y marzo
algunos cultivadores inician ya el cultivo, sembrando las primeras semillas. En estos meses hay pocas horas de luz (11 horas en febrero y 12 en marzo ) y las temperaturas por la noche son aún bastante bajas (por debajo de los 10ºC). Las semillas nacen pero crecen a un ritmo muy lento, y por tanto el riego debe ser muy moderado, respetando sobre todo que se seque la capa superior de tierra antes de volver a regar; si la planta acaba de nacer se debe ir con precaución para que la capa superior de tierra no permanezca más de un día seca.

En abril el fotoperiodo aumenta a 13 horas de luz. La temperatura empieza a subir ligeramente, y ya no hiela por la noche. Como el clima es favorable, se puede combinar el cultivo de interior para crecimiento y el de exterior para florecer. Así, en el cultivo de exterior ya tenemos las primeras semillas que ya se han desarrollado mínimamente y ya miden un poco más de un palmo del suelo. Si las temperaturas son elevadas las plantas consumirán más agua. Cuando las temperaturas desciendan, esperaremos un menor crecimiento y un menor consumo de agua. En general, al ser abundantes las lluvias en abril, no se realizan apenas riegos.

En mayo la temperaturas temperaturas se estabilizan, y las noches son frías en pocas regiones del país. El fotoperiodo ya es bastante más largo y las plantas aumentan el ritmo de crecimiento, siendo el consumo de agua mayor. La superfície del suelo se secará más amenudo. Si deseamos un crecimiento elevado procuraremos que la tierra no permanezca más de un día seca, y controlando las necesidades de nitrógeno y oligoelementos.

En el mes de junio,
el calor se hace constante durante el día, con temperaturas mínimas superiores a los 10 grados. El fotoperiodo es de 15 horas de luz, 9 de oscuridad, el máximo que podemos alcanzar en la península. Las plantas aceleran el desarrollo a partir de este mes aumentando las necesidades de agua. Las temperaturas al mediodía se hacen cada vez más elevadas, y las plantas empiezan a pedir agua más de una vez al día. Debemos vigilar que la tierra no se seque del todo, y que las macetas no se calienten demasiado tomando precauciones, como poner debajo de cada maceta un buen plato que acumule el agua sobrante, que hará de refrigerador de la maceta.

A partir de Julio
el fotoperiodo empieza a disminuír lentamente, pero las calores se mantienen en aumento. Las plantas empiezan a pedir más agua, pudiendo llegar a aceptar varios riegos al día (por la mañana, al mediodía y por la tarde). Las temperaturas son máximas y las macetas corren riesgo de calentarse demasiado. Es un mes, junto con el de Agosto, que la gente suele irse de vacaciones, si es nuestro caso deberemos tomar precauciones, ya que las plantas en estos meses requieren agua cada día. Lo ideal es nunca dejar las plantas solas en los meses de calor. Si vamos a dejarlas solas sería rentable instalar un riego automático. Sinó una persona de confianza deberá cuidar de ellas.

Es en el mes de agosto cuando se produce el último estiramiento de las plantas y empieza la floración, incrementándose el consumo de agua. Las calores se mantienen y los riegos son imprescindibles incluso varias veces al día si se quiere maximizar el crecimiento. Las plantas más tempranas comienzan a florecer, siendo para estas plantas vital que no falte agua. Agosto y Julio son los meses más críticos en cuanto al riego.

En septiembre, las temperaturas empiezan a disminuir y llegan las primeras tormentas. El peso de los cogollos aumenta lo que hace a las plantas vulnerables al viento y la lluvia. Si todos los pistilos están blancos debemos asegurar que a la planta nunca le falte agua, cuando se seque la parte superior de la tierra regaremos, sobre todo las variedades sativas. Las índicas no requieren tanta agua para la floración, cuando los pistilos de los cogollos se vuelven marrones, lo notaremos porque la tierra tarda más en secarse.
Las variedades sativas comenzarán a florecer durante septiembre. Las nubes y tormentas suelen ser frecuentes, lo que hace que en periodos de tiempo en que el cielo esté nublado o llueva las plantas necesitarán mucho menos riego. Es bueno prestar atención al clima para no regar cuando se avecinen lluvias; cuando haga buen tiempo se aprovecha para regar con abono. Cuando las lluvias se prolongan durante una semana, las sativas pueden quedarse sin nutrientes debido a que la lluvia ha arrastrado gran parte de los nutrientes. Después de lluvias abundantes es bueno abonar con oligoelementos y fósforo. Si la planta pide nitrógeno se proporciona, pero en dosis pequeñas, ya que los excesos de nitrógeno aumentan los ataques de botritys (moho gris).
Las variedades índicas son más susceptibles a coger hongos en los cogollos, concretamente el moho gris, el hongo que más afecta al cannabis. Las lluvias facilitan que se propague cualquier hongo por la planta, sobre todo en los cogollos. El moho gris se propaga con más rapidez si la planta tiene excesos de riego, con lo que esperaremos a que la tierra se seque hasta volver a regar.

Octubre es un mes en el que los riegos no son abundantes si llueve, excepto en las regiones más cálidas. Las índicas finalizan en este mes y los riegos suelen ser nulos si llueve. Las sativas están en plena floración y no finalizan hasta Noviembre-Diciembre, que son las únicas que pueden requerir agua si el clima no es lluvioso.

En el mes de noviembre las temperaturas disminuyen bruscamente y las sativas comienzan a madurar. Si el clima ha sido poco favorable las plantas terminarán en noviembre; los lavados de tierra serán probablemente innecesarios debido a que ha habido lluvias abundantes. Si el clima es bastante favorable durante noviembre puede que las plantas aguanten hasta finales de mes o diciembre; las plantas pedirán agua y nutrientes en este caso.

Sólo las sativas de floración más tardía acaban de florecer en Diciembre, los riegos serán muy escasos, debido a que el frío ralentiza el desarrollo de la planta.

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Riego automático

El riego automático ahorra bastante trabajo, pero requiere una instalación de una manguera y un depósito de agua; aunque si se dispone de un grifo nos ahorramos el depósito . El riego ya no es personalizado, tendrá el mismo PH y EC para todas las plantas. La instalación debe revisarse periódicamente, cada semana como mínimo, para asegurar que no se bloquea ningún conducto; para ello se revisa la superfície de la tierra de todas las plantas y se comprueba que esté mojada. Este tipo de riego es peligroso sobre todo en interior, donde suele haber instalaciones eléctricas, porque puede crear inundaciones si se desconecta algún conducto. Es un tipo de riego ideal para cultivo en exterior, y obligatorio para cultivos de grandes dimensiones.

Para montar un sistema de riego automático existen dos opciones:
1-Instalar una manguera enchufada a un grifo de agua corriente por un extremo. Tapamos el otro extremo. Hacemos pasar la manguera cerca de los tallos de cada planta. Hacemos unos agujeros pequeños en cada punto de la manguera con un punzón (una aguja o un cuchillo afilado). Si nos equivocamos haciendo el agujero siempre se puede tapar con varias capas de cinta aislante. Se debe procurar hacer los agujeros del mismo tamaño, para que no haya desequlibrios en el riego. Por poco precio es posible adquirir manguera especial para riego automático, donde se introducen goteros graduables muy recomendables. También se puede graduar la presión abriendo o cerrando el grifo. Podemos instalar un temporizador para regar las horas del día que a nosotros nos interese. Se debe tener en cuenta que en este tipo de riego no se podrá controlar el PH ni los abonos del agua. Es ideal para usar en agosto, cuando nos vamos de vacaciones.
2-Instalar una manguera enchufada a un depósito de agua. El agua puede caer por presión si la altura del bidón es suficiente. Sinó se puede instalar una pequeña bomba con un temporizador. En caso de que se instale una bomba se puede utilizar riego por aspersión, mucho más beneficioso que el riego gota a gota ya que el agua sale bastante más oxigenada. Pero para ello sería necesario invertir un poco más de dinero, en bombas, filtros y temporizadores. En este caso también son muy recomendables los goteros graduables.
Debemos asegurar en los dos casos que la manguera tiene un diámetro suficiente, ya que sinó el agua no llegará a todas las plantas. El diámetro mínimo necesario del tubo depende de la presión que tengamos; por tanto, si el riego es por caída el diámetro necesario es mayor que si se utiliza una bomba o una toma de agua corriente.

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Consumo de agua de la planta

El consumo de agua en variedades sativas es bastante mayor que en índicas. Las sativas, por su elevado ritmo de crecimiento y por el clima del que procede su genética, necesitan de mucha luz y agua. Las índicas, al proceder de zonas montañosas, se han adaptado a las condiciones hostiles de tales regiones, donde abundan los vientos y las bajas temperaturas nocturnas; su consumo pues es menor, ya que no desarrollan plantas grandes. Las sativas estan adaptadas a las regiones de las que proceden, situadas en los trópicos, donde las estaciones son más calurosas, y la planta puede alargar el ciclo de crecimiento y floración; en zonas tropicales las lluvias también son bastante más abundantes. Para regar es posible hacerlo de forma manual o con un sistema de riego automático. Cada forma tiene sus ventajas e inconvenientes.

La forma de riego manual permite personalizar la cantidad de agua para cada planta, corrigiendo en cada riego PH, EC y cantidad de agua; requiere un control diario del aporte de agua, que es lo mejor para las plantas. Cuando se riega manulamente debería hacerse de forma pausada para que el chorro de agua no haga agujeros en la tierra y no se dañen las raíces.

Cuando las plantas son pequeñas en relación a la maceta no conviene inundar el terreno, para que las raíces no se asfixien, por eso se debe esperar entre riegos el tiempo suficiente, hasta que la capa superior de tierra empiece a secarse. El riego manual tiene esta desventaja, debemos dosificar bien el agua para no excedernos cuando la planta es pequeña; cuando nos excedemos con el riego el substrato se inunda dificultando la respiración de las raíces y provocando la asfixia. Cuando las raíces ya han colonizado gran parte del substrato el riesgo de asfixia es mucho menor, ya que su capacidad de absorber agua es mucho mayor. Tampoco se debe dejar que se sequen demasiado los primeros centímetros de tierra cuando las plantas son perqueñas.
Es difícil, en caso de exceso de agua, que la planta llegue a morir si hay un buen drenaje, pero las raíces no estarán suficientemente aireadas y la planta lo notará. Si al regar se producen charcos en la superficie que no desaparecen en menos de medio minuto será señal de que el fondo de la maceta está taponada o que la tierra no es la adecuada. El agua de riego debe ser absorbido por la tierra rápidamente, en varios segundos, para que la planta se desarrolle rápidamente.
Si cultivamos con macetas es recomendable utilizar platos, que permitirán que pueda transcurrir más tiempo entre riegos; si las plantas crecen muy rápido suelen necesitar riegos diarios (en interior) o incluso hasta varias veces al dia en exterior, pero con el uso de platos se reduce el número de riegos. En casos de que la planta consuma mucho agua, se pueden poner platos con más capacidad.

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Agua ideal para la marihuana

El agua del grifo tiene los inconvenientes de contener demasiado calcio, cloro y sodio, además de tener un PH elevado. Si el único agua de que disponemos es del grifo se deben tener estos aspectos en cuenta:

-es conveniente dejar reposar el agua 24 horas para que se evapore la mayor cantidad de cloro posible, ya que el cloro es perjudicial para el suelo y bloquea la absorción de ciertos nutrientes.

-es conveniente disminuir el PH hasta 6 para asegurar la correcta asimilación de todos los nutrientes.

-se deberán realizar lavados de tierra para expulsar las sales acumuladas.

Si se tiene acceso a agua destilada, osmotizada o agua de lluvia lo ideal es mezclar este agua con agua del grifo; de esta forma la proporción de calcio, cloro y sodio disminuye; la mezcla puede ser desde 50% agua del grifo/ 50% agua pura hasta 20% agua grifo / 80% agua pura. Utilizar agua pura al 100% provoca que las carencias de oligoelementos sean más intensas. El agua pura es conveniente utilizarla únicamente al 100% durante las últimas 2 semanas de floración.

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Cantidad de agua para la marihuana

El cannabis es una especie que se acostumbra a la cantidad de riego que se le suministra. Si el riego es abundante la planta crecerá vigorosamente, pero requerirá esa cantidad periódicamente para mantener toda su infraestructura. Si una planta está acostumbrada a un riego abundante se hará grande, pero si disminuímos el aporte diario de agua bruscamente, la infraestructura no podrá ser abastecida de agua y la mayoría de las hojas morirán. Esto suele ocurrir si las plantas están desatendidas durante varios días, lo que suele ocurrir durante el periodo de vacaciones.

Cuando la planta requiere agua las hojas desfallecen y las puntas de los tallos se doblan, la planta pierde toda su fuerza. Si la regamos después de que esto ocurra la planta recupera la fuerza en pocos minutos. Normalmente esto ocurre al terminar el día, cuando hace mucho calor y la planta va justa de agua; por la noche la planta se puede recuperar absorbiendo la humedad del aire, pero si la falta de riego continúa el crecimiento se ralentizará y si la falta de agua se prolonga durante mucho tiempo la planta puede llegar a morir.

Las plantas que se cultivan en secano reciben poca agua y crecen poco dando poca producción, pero su consumo de nutrientes es más bajo y las plagas no les afectan tanto, siendo un tipo de cultivo ideal si no se dispone de tiempo para cuidar las plantas.
Durante la fase de crecimiento la planta soporta mejor los periodos de sequía. Pero si la planta demanda a menudo agua, poniéndose mustia, deberemos aumentar los riegos para asegurar un crecimiento vigoroso y rápido. Como norma general se debe esperar a que se sequen los primeros centímetros de tierra para volver a regar. Si el suelo está siempre húmedo es más fácil que se propaguen hongos por las raíces. Además, en un suelo cargado constantemente de agua, la oxigenación es bastante menor y por lo tanto el crecimiento también.

Durante la fase de floración el consumo de agua se dispara. Durante las pirmeras semanas, hasta que la planta comience a producir pistilos, el crecimiento final se acelera. Al regar se debe procurar que el agua llegue hasta la última raíz, sobre todo en cultivos con macetas, regando hasta que el agua salga por debajo de las macetas. No se vuelve a regar hasta que la superfície del terreno no comience a secarse.

Debe tenerse en cuenta que cuando la humedad relativa del ambiente es baja la tierra se seca en menos tiempo, siendo necesario regar más amenudo.

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Tipos de agua para regar la marihuana

El agua destilada se utiliza para rabajar la EC (corriente eléctrica) del agua de riego. No es conveniente utilizarla para regar directamente, a no ser que sea al final de la floración. Al no llevar ningún mineral, regar con agua destilada aumenta las deficiencias de oligoelementos, sobre todo es posible que aparezcan carencias de calcio. El agua destilada se utiliza en la mayoría de los casos para mezclar con aguas demasiado cargadas de sales.

El agua de lluvia tiene las mismas características que el agua destilada, pero tiene la ventaja que si se recoge recién caída la lluvia, el agua está muy oxigenada. Tiene efectos buenísimos para las plantas, debido a su oxigenación. Pero al acumularla en bidones, pierde el oxígeno (y CO2), convirtiéndose en agua destilada. El agua de lluvia también contiene un pequeño porcentaje de nitrógeno procedente de la atmósfera.

El agua del grifo se caracteriza por tener una elevada cantidad de cloro, calcio y sodio. El cloro en cantidades elevadas es muy perjudicial para las raíces. El calcio aumenta el PH y su exceso interfiere en la absorción del fósforo impidiendo una floración abundante y de calidad. El sodio en exceso interfiere en la absorción de potasio. El agua de las zonas rurales suele ser de mejor calidad. Muchos cultivadores urbanos no tienen otro remedio que utilizar únicamente agua del grifo, pero si existe la posibilidad de mezclarla con agua de lluvia no será necesario lavar la tierra. La EC del agua de grifo oscila entorno a 1ms/cm. El PH suele ser desde 7 a 9 debido al calcio, siendo lo más común 8. Al ser un PH tan elevado suele ser necesario rebajar el PH hasta 6, lo que implica añadir ácido potásico, que aumenta la EC de la solución hasta 1.5 ms/cm en los peores casos.

Agua de pantanos, embalses, balsas, pozos e incluso ríos son muy parecidas. Se debe comprobar el PH y la EC y comprobar que no se trata de aguas excesivamente alcalinas o con EC por encima de 1.5 ms/cm. Suelen tener PH 7 a 8, con EC ligeramente superior a 1. Aunque todo depende de la naturaleza del terreno, en terrenos arcillosos encontraremos las mayores EC. Si el terreno es volcánico, granítico o formado por rocas impermeables (en las montañas) podemos encontrar aguas más puras (EC menores de 1ms/cm y PH neutro)

El agua mineral tiene unas propiedades perfectas para el cultivo de cannabis, a excepción del precio que cuesta, lo que la hace un recurso muchas veces imposible. Dependiendo de la procedencia las características del agua embotellada varían. Las mejores son las que contienen pocas sales, concretamente las que contienen poco sodio. Al ser agua de mayor calidad su contenido en cloro también es bajo. El PH suele estar entorno a 7 y la EC entorno a 0.3 ms/cm.

Como agua de riego se debe utilizar alguna de las mencionadas atrás o una mezcla de ellas. Conviene utilizar agua que tenga una EC entorno a 0.3ms/cm (sin haber añadido fertilizante) si queremos evitar problemas de acumulación de sales en el substrato. La EC del agua de riego es más elevada cuando añadimos fertilizantes.

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