martes, 19 de mayo de 2009

donde hacer tu propia plantacion

Puedes hacer de tu sótano, ático o de la habitación de los invitados un sitio profesional para cultivar marihuana. Para el cultivo interior tienes que ser capaz de controlar todo el ambiente. Necesitarás algunas nociones. La tienda Weed Seed te dará algunas nociones para convertirte en un jardinero de marihuana interior, una ligera descripción de la cultura completa del cannabis interior. Con algunos conocimientos y buenas manos será más fácil de lo que crees.
El clima de la planta estará determinado por 3 factores: aire, luz y tierra.

Aire fresco
En una habitación de cultivo que esté limpia, siempre hay la adecuada ventilación. A más plantas por habitación, más importante será la ventilación. Las plantas respiran a través de sus hojas. También se deshacen del veneno a través de sus hojas. Si la ventilación de la habitación no es la adecuada, los poros de las hojas se obstruirán y las hojas se morirán. Si hay algún movimiento de aire, el veneno se evaporará de las hojas y la planta volverá a respirar, convirtiéndose en una planta sana. El aire usado está caliente por lo que es mejor que tengas una abertura en la parte superior de tu habitación o del armario. El aire nuevo que entra debe de hacerlo por la parte opuesta, creando una buena circulación. La entrada del aire debe ser el doble que la de la salida, por lo que la habitación se llenará de aire fresco muy rápido. Evita las luces en las entradas y salidas del aire porque podrían ser obstruidas.

Luz
Cierra todos los agujeros y grietas! Es muy importante que tu habitación de cultivo esté protegida de la luz exterior. La duración de la noche es muy importante para el cannabis, por tanto, usa un temporizador para regular este ciclo. Durante la primera fase de la planta, la fase de crecimiento, necesita una corta noche de 6 horas. Cuando incrementemos la duración de la noche a 12 horas, la segunda fase comenzará, es la fase de la floración. Llamamos a este mecanismo fotoperiodo.

Las lámparas de sodio de alta presión son perfectas para el cultivo interior. Dependiendo de la dimensión de la habitación puedes usar una lámpara de 400 o de 600 watios. La elección se debe hacer pensando que las plantas dentro de la habitación deben de quedar totalmente iluminadas. Si tienes lámparas de 400 W puedes usar una y media y gastarás la misma electricidad que una de 600 W. Para mantener óptimos resultados dentro de la habitación ésta debe de ser blanca o cubierta con un plástico reflectante.

Puedes también usar tubos de luces pero sólo si los pones muy cerca de las plantas. Si cultivas marihuana con muy poca luz, te dará problemas y plantas extresadas.

* Manual
* Un buen comienzo
* De la semilla a la semillero
* Canabis en su jardín
* Crecimiento de interior-

jueves, 23 de abril de 2009

Cultivo interior Marihuana

Lamparas para cultivo interior de marihuana
Si el cultivo de marihuana hace miles de años que se practica, el cultivo de interior solo lleva unos años implantado en nuestro mundillo de ciudad.

La razon de este "fenómeno" la tienen las lamparas de descarga de alta presion.

Utilizadas generalmente para iluminación industrial (calles, naves industriales, zonas deportivas, etc...) y que tienen mucha utilidad en la horticultura moderna.

Las diversidad de bombillas induce a veces a confusión y aqui en un momento te las solucionamos todas.
Incluimos una formula para que calcules el gasto de dinero por consumo electrico en tu cutivo indoor!!!

Desde la aparición de las lámparas de alta presión, las de vapor de sodio (HPS) y las de halogenuros metlicos(MH), las demás se han quedado anticuadas, aunque los fluorescentes y las nuevas lámparas compactas se pueden seguir utilizando(son idoneos para ciertas fases del proceso).

Las del tipo MH (Halogenuro Metálico) son ideales para crecimiento vegetativo y son aptas para germinación y clonación (esquejes). Dan una luz generalmente blanca, existiendo diversos tonos.

Las del tipo HPS (Alta presión de Sodio) son ideales para floración y aptas para crecimiento.
Suelen dar una luz de color anaranjado, aunque ya se han obtenido nuevas tonalidades, incluso el sodio blanco. Las potencias de estas lámparas (HP) son de 150, 250, 400 y 1000 W.

Las diferencias de precio entre una de menor potencia y otra de mayor, son minimas, en cambio los resultados son muy distintos. No son recomendables potencias menores a 250 Wattios ni mayores a 1000W.

Para operar estas lámparas se requiere de un balastro (= es un equipo que sirve para mantener un flujo de corriente estable en lámparas) y uno condensador(=sirve para almacenar cargas eléctricas) para el arranque.


Para su encendido requiere alrededor de 4-5 minutos y para el reencendido de 9-10 minutos . El tiempo de vida de estas lámparas es muy largo ya que ronda las 24.000 horas.

Su vida útil depende mucho de las temperatura de ambiente y del arrancado pues es donde más se desgastan, en el encendido.

Las lámparas de vapor de sodio son una de las fuentes de iluminación más eficientes, ya que generan mayor cantidad de lúmenes por wattios(=rendimiento). El color de la luz que producen es
amarilla brillante.

A pesar de producir un cierto incremento de temperatura, lo compensa el hecho de cubrir prácticamente todo el espectro que nuestras plantas necesitan.

Otra parte importante a utilizar sera el reflector que modelan la forma y dirección del flujo de la lámpara. Es importante usar reflectores concretos llamados de deyeccion plana que costan de 7/9 caras para una distribución correcta y que la luz alcance por igual a todas las plantas y no se formen puntos calientes o zonas oscuras. Existen versiones stuco( amartillado) o alto brillo(liso)

Los armario de cultivo interior o zonas de cultivo con mas de una lámpara suelen utilizar los refletores refrigerados por corriente de aire al ir unidos al extractor mediante tubos de conexión . Los mas conocidos son el cool tube y el air-sputnik.

Ya solo nos quedara conectarlo teniendo cuidado con la direccion correta de la corriente (si no sabes pide ayuda a algun entendido... mejor prevenir ) y poner la reactancia en un sitio libre de posible problemas como que le caiga el cubo de regar o alejalo de cosas que se puedan incendiar si huiera algun corto.

La formula para calcular el gasto es T= Potencia x tiempo.

Trabajo es igual a potencia por tiempo donde la potencia en tu/s aparato/s al cual ya sabes que potencia tiene, y Tiempo va a ser la hora y los dias al cual esta conectado.

Una lampara de sodio tiene una potencia de 400watts por ejemplo y esta encendida 18 hrs. diarias y por 30 dias al mes vas a utilizar la formula que os menciono.

T=400w x 18h.= 7200 watt/h y esto se multiplica por los dias de uso que son 30 dias y nos da 216000 watt/h/mes y esta a su vez dividir por 1000 para obtener el consumo en kw/h del mes que da 216 en este caso.

Despues teneis que saber que cobran el kw/h sobre unos 0.10 €ur. para multiplicar este último por el costo, y sumarle impuestos.

El resultado son unos unos 25 €ur al mes de consumo por la lámpara de 400Watt.

La produción máxima por lámpara se relaciona con la formula 1 gr de cosecha por wattio de luz empleado... aunque en esta formula hay que tener en cuenta la variedad a cultivar, condiciones ambientales y demas factores de los que os hablaremo.

domingo, 5 de abril de 2009

Insecticidas caseros


En este apartado se aportarán algunos métodos caseros y efectivos para acabar con cualquier plaga que pueda afectar a nuestras plantas, como el pulgón o la mosca blanca. Antes que nada, decir que las mariquitas son los mejores aliados del cultivador, y que unas cuantas mariquitas en tus plantas te quitarían muchos o todos estos problemas.

La primera técnica, complementaria a todas las demás, y esto debemos hacerlo siempre, es tener plantados junto a las marías plantas aromáticas tipo albahaca, hierbabuena, melisa, y de esas que huelen mucho, de esta forma desviamos a los asesinos hacia éstas y así dejan en paz la que nos interesa (un colega experimentó con perejil y nos comentó que los bichos se iban al perejil y dejaban en paz a la maría, incluso pasaban de las otras yerbas aromáticas).

La segunda técnica consiste en un preparado a base de cebolla, un par de dientes de ajo, y un par de guindillas. Todo esto se pica en un mortero, y una vez bien picado y machacado se mezcla en un par de litros de agua en la que previamente se ha hervido tabaco para sacarle la nicotina. Todo esto se mete en un pote tapado y se deja unos 5 ó 7 días en reposo macerando, moviéndolo de vez en cuando. Cuando han pasado los días de maceración, se filtra todo el líquido en una botella colándolo con un trapo o colador, para que no entre resto sólido. De esta forma obtendrás una botella de 2 litros con líquido para echarlo en un pulverizador de agua, y así pulverizar las hojas de la planta (por las dos caras). A la hora de pulverizar la planta (cada 2 días o así) es bueno poner un plástico en la tierra para que no caigan gotas de este preparado (se procura pulverizar la planta cuando no esté cogollando y hacerlo por las dos caras de las hojas). Seguro que la planta apestará, pero no pasa nada, el aroma no queda en los cogollos a la hora de fumar.

La tercera técnica es muy buena y también se puede usar con cuidado un par de veces mientras cogollas, Siempre para cultivos de exterior, ya que el cogollo mojado puede enmohecerse, por eso mejor hacerlo en exterior para que el agua se evapore pronto y el riesgo de moho disminuya al mínimo. Este método es totalmente natural y biológico. Se trata de la Pyretrina, es decir un compuesto que tienen los famosos crisantemos. Lo primero, por supuesto, es conseguir crisantemos. Hay que coger los tallos con flores cuando éstas estén abiertas (de Abril a Julio). Se cuelgan a secar a la sombra. Una vez secas, hay que moler la planta, y preparar un tarro que no deje pasar la claridad para guardar lo que sobre. Se mezclan unos 100 gramos de lo que hemos molido, con un par de litros de agua destilada, como la de lluvia, o mineral suave, etc. con el propósito de evitar la cal, y lo dejamos macerar en un bote cerrado y que no deje pasar la luz durante aprox. 4 ó 5 días. Después de esto se coge el preparado y se filtra el líquido con un trapo a un cacharro con capacidad para más de 3 litros; una vez filtrado al cacharro se le echa otro litro más de agua. Por último, este líquido se echará en un pulverizador, para pulverizar la maría, con la seguridad de que el pyretro es biodegradable y se disolverá sin dejar rastro.

Microelementos: Zinc



El cinc es el tercer oligoelemento que más problemas causa. Es un elemento móvil.

Los síntomas de su carencia incluye al igual que el hierro y el manganeso la clorosis característica de las hojas, aunque no empieza afectando a las hojas más jóvenes sinó a las más viejas. La única diferencia es que más tarde las puntas de las hojas se retuercen exageradamente hacia arriba y se secan, terminando por caerse las hojas ya medio secas. La clorosis empieza siempre en la base de las hojas. El crecimiento se detiene. Se trata de una deficiencia bastante detructiva.

Las carencias de hierro, manganeso y, sobre todo, cinc no suelen aparecer si se fertiliza moderadamente con oligoelementos. Si se utiliza un compuesto de oligoelementos quelatados, los síntomas desaparecerán progresivamente, pero las hojas mínimamente afectadas terminarán por caerse.

Las sobredosis no son comunes. El cinc es altamente soluble en substratos con PH bajo.

Microelementos: Manganeso


Es el segundo microelemento que causa mas problemas en el cultivo de cannabis. Es un elemento inmóvil.

Los síntomas carencieles son muy parecidos a los del hierro. Las últimas hojas nacidas empiezan a amarillear apartir de la base de la hoja. El crecimiento se ralentiza. Pero la diferencia respecto a las carencias de hierro es que los márgenes de la hoja permanecen verdes, siendo la clorosis intervenal.

En condiciones normales, con un buen substrato, las carencias de manganeso nunca se producen antes que las carencias de hierro; por lo tanto si se proporciona mediante el riego un buen compuesto de oligoelementos antes de que aparezcan las carencias de hierro (cuando los peciolos se vuelven rojos) nunca aparecen carencias de manganeso.

No son comunes los excesos en la dosis. El manganeso es altamente soluble cuando el PH del substrato es demasiado bajo (PH=3, PH=4). El PH del substrato debe estar siempre entre 5 y 7. Para remediar la situación será necesario cambiar el substrato.
Microelementos: El Hierro


El hierro es uno de los oligoelementos que suele presentar más problemas en el cultivo de cualquier planta. Los síntomas no son difíciles de apreciar. Es un elemento de movilidad baja.

Con la ausencia de hierro, las hojas se vuelven cada vez más pálidas, y el crecimiento de la planta se ralentiza bastante. Para distinguir bien una carencia de hierro nos hemos de fijar si el color pálido empieza por la punta o por la base de las hojas. Si empieza por la base y las venas intervenales de las hojas son la última parte de la planta en amarillear entonces se trata de carencias de hierro; en otro caso se deberán consultar otras carencias o enfermedades tipo fúngicas o virales. No se debe confundir con carencias de nitrógeno, en el caso del nitrógeno la clorosis aparece en toda la hoja, uniformemente. Además las carencias de hierro empiezan siempre en las hojas más nuevas.
Un desajuste en el PH del substrato, muy ácido o muy alcalino, impedirá que las raíces puedan absorber el hierro, aunque esté disponible. Es importante medir el PH del substrato si aparecen carencias de hierro muy marcadas; en estos casos la deficiencia se debe a una equivocación en la elección del substrato, o a que el PH ha sido muy mal ajustado durante los últimos riegos, o a un exceso de fertilizante.
En buenos substratos las carencias de hierro nunca aparecerán bruscamente, sinó que aparecerán progresivamente en las hojas más nuevas cuando la planta lleve más de un mes en el mismo substrato; si se aportan oligoelementos a partir del primer mes nunca deberían aparecer deficiencias de hierro. Si el substrato es excelente las deficiencias pueden tardar dos meses en aparecer

Si se suministran oligoelementos periódicamente, con un fertilizante que los contenga en porcentajes significativos (desde 0.1% hasta 5%) no se tendrán nunca carencias de hierro. No es necesario aportar hierro desde el principio, es mejor esperar a que la planta muestre las primeras carencias en oligoelementos, es decir, cuando los peciolos se vuelven rojos.
Las carencias suelen aparecer antes de florecer, debido al rápido crecimiento que lleva a cabo la planta durante esta fase; también aparece durante la fase de crecimiento, si el desarrollo de la planta es muy vigoroso, en este caso la aportación de nitrógeno y hierro (y en general todos los oligoelementos) debe ser prácticamente constante para que no aparezcan síntomas de carencias.

Los excesos de hierro no son comunes, pero se sabe que impiden la correcta absorción del fósforo, por tanto no se debe abusar cuando se proporcionan oligoelementos.

Microelenentos: molibdeno, cobre y oro


Molibdeno
La carencia específica de este elemento es rarísima. Utilizando una tierra adecuada nunca aparecerán síntomas carenciales de este tipo, y menos si se proporciona un fertilizante completo en oligoelementos. Si tienes problemas con este tipo de oligoelementos, prueba utilizar una tierra distinta, de otra marca, o de otro lugar, hasta dar con la tierra ideal. Los síntomas son muy parecidos a los del cinc. Es un elemento inmóvil.
Cobre
La carencia de cobre también es rarísima. Se distingue porque la planta se marchita lentamente, dañando seriamente la planta. Si alguna vez ocurre un marchitamiento de alguna planta no deberemos atribuirle al cobre la culpa. La culpa es muy posible que venga de otro lado, por ejemplo tierra inadecuada, riego con PH o EC con niveles peligrosos, sobredosis de insecticida, etc… Es un elemento inmóvil.


Boro
La carencia de boro es rarísima. Los síntomas se distinguen por que las puntas de las hojas jóvenes presentan un aspecto quemado. Estos síntomas no son nada normales, si aparecen hay que buscar las causas en la tierra o el agua (PH o EC descontrolados), si es que la causa no es la temperatura o la ventilación. Es un elemento inmóvil.

Otros peligros para la planta
Los animales pueden ser también perjudiciales si las plantas son pequeñas. Los pájaros pueden atacar plantas recién germinadas, por lo que es conveniente no sacar plantas pequeñas al exterior, y si se hace se deben proteger mínimamente. Los saltamontes pueden devorar varias hojas en cuestión de minutos, afectando gravemente a una planta pequeña. Los ratones también pueden devorar plantas pequeñas. La mejor forma de evitar problemas con los animales es haciendo que éstos nunca tengan acceso a las plantas pequeñas, y sacando al exterior plantas mínimamente desarrolladas.

Los nemátodos son unos bichos microscópicos que atacan las raíces. Son muy agresivos, pueden llevar a la planta hasta la muerte. Es muy difícil detectarlos a simple vista, siendo necesario una lupa para verlos. Cuando la plaga está bien extendida por las raíces la planta presenta marchitamientos frecuentes, debido a que las hojas no reciben agua de las raíces. El mejor remedio es utilizar aceite de neem un par de veces si sospechamos que puede haber nemátodos. Se hace una mezcla de agua con neem y se riega abundantemente hasta que el agua con neem haya saturado toda la tierra. Repetimos el proceso al cabo de dos o tres días para asegurar.

Los virus no son muy comunes, pero pueden aparecer. Existen muchos tipos, pero todos se caracterizan por el hecho de que una vez la planta está infectada el virus jamás desaparece. Las plantas pueden combatir más o menos las plagas de insectos y hongos con sus propias defensas, pero no pueden combatir ningún virus.
Los virus se propagan entre plantas mediante plagas (ácaros, thrips, etc…). Los virus no se transmiten por las semillas teóricamente, si algún virus ha afectado toda nuestra plantación de interior deberemos partir desde cero a partir de semillas. Es conveniente si se parte desde cero desinfectar toda la sala con un producto especializado, para eliminar cualquier plaga que pueda estar infectada con el virus.

sábado, 4 de abril de 2009

como secarla

Almacenamiento de la marihuana

Podemos almacenar la hierba tanto con hojas como sin hojas. Existen muchas formas para almacenar la hierba, pero cada una tiene sus ventajas e inconvenientes.

Podemos conservar la hierba en botes de cristal, cajas de madera, cajas de cartón, tuperwares, pero cada caso tiene su técnica. Los envases herméticos requieren ser revisados cada semana para comprobar que el aroma de los cogollos no se está degenerando debido a los hongos. Las cajas de madera y cartón no permiten el desarrollo de hongos anaeróbicos, que degeneran el aroma, pero permiten el paso de la humedad exterior.

Para llevar a cabo un buen proceso de curado es necesario que la hierba esté bien seca. Si contiene humedad el sabor final y los olores pueden desaparecer debido a la aparición de hongos anaeróbicos. Para evitar la aparición de este tipo de hongos es necesario airear cada semana los recipientes, pero esta labor suele ser pesada si la cantidad almacenada es grande, en cuyo caso es preferible almacenar en recipientes de madera o cartón.

En climas húmedos es difícil conseguir un buen secado final. Para conseguir el secado final adecuado existen algunos métodos. Se puede dejar secar la hierba al sol durante intervalos de 5 minutos hasta que las ramas crujan, evitando exponer la hierba directamente a la luz, por ejemplo introduciéndola en una caja de cartón. También se puede utilizar un horno o un microondas, pero son métodos más peligrosos.

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Curado de la marihuana

El curado consiste en almacenar la hierba en recipientes cerrados durante un cierto tiempo, aireando los recipientes una vez cada día o dos días. Siempre se deben ventilar los recipientes herméticos durante el primer mes que gardemos hierba, para evitar que se infecte con hongos anaeróbicos. Muchos cultivadores han arruinado su hierba por un mal almacenaje. Nunca se debe almacenar hierba demasiado húmeda. Hierba húmeda es aquella que el cogollo se dobla como si fuera de goma. Los cogollos crujen al tacto, y se parten con facilidad cuando están bien secos. Si el clima no permite conseguir el secado ideal, será conveniente almacenar en cajas de cartón., o secar los cogollos mediante calor o sol antes de almacenar en cristal.

El método más seguro consiste en almacenar la hierba en cajas de cartón, es el más apropiado para hierba húmeda. Lo más peligroso es almacenar hierba húmeda en bolsas de plástico o cualquier recipiente plástico o de cristal hermético. Sabremos que en nuestra hierba hay hongos producidos por un mal almcenaje oliéndola. Si tiene un olor agrio y/o el aspecto del cogollo está degradado habrá hongos.

A veces ocurre que durante el secado la hierba pierde su aroma original, es totalmente normal y no suele ser un problema de hongos. El aroma cuando la planta está viva es mucho más penetrante y parece contener fragancias superiores que no son transmitidas durante el proceso de secado. La fragancia de los cogollos está contenida en substancias volátiles, que desaparecen a lo largo de los meses debido al calor, y que en su mayor parte parece que desaparece durante el secado.
Antes de almacenar, deberemos pues, siempre dejar secar bien la hierba. Otro método para saber si tu hierba está seca es obsevar si cae resina del cogollo cuando lo deshaces o lo sacudes, cuando contiene la más mínima húmedad no cae ni un grano de resina.

Durante el curado mejora el sabor de la marihuana al fumarla, la cantidad de THC aumenta y por tanto la calidad de sus efectos también. Esto se debe a que la clorofila presente en los cogollos se descompone lentamente. Cuando se fuma un cogollo recién secado (2 a 3 semanas) éste aún tiene mucha clorofila y esto afecta al sabor final y en que rasca la garganta, se nota también un característico sabor a “verde”. Cuando ha pasado un mes de curado el sabor y los efectos mejoran sensiblemente. Cuando transcurren dos meses todo mejora bastante. Cuando pasa un año la hierba es excelente, y habiendo desaparecido totalmente cualquier sabor a clorofila, el sabor mejora como ocurre con el buen vino, quizás el aroma puede haber perdido la mayor parte si se almacena en cartón. Almacenando en cristal el aroma se pierde más lentamente. Cuando han transcurrido dos años la hierba aún conserva buena parte de su potencia y una parte no tan grande de su sabor.

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Manicurado de la marihuana

El manicurado consisten en dejar limpio el cogollo de hojas, cortándolas mediante unas tijeras. Los cogollos tienen mejor sabor si se fuman sin hojas. Para conservar intactos los cogollos es mejor manicurarlos antes de que se sequen completamente, cuando estan muy secos se desprende mucha resina. Es útil manicurar sobre un recipiente, para que caigan tanto las hojas que cortamos y a la vez la resina que se pueda desprender.

Es posible que los cogollos se sequen mejor si no se manicura hasta antes de fumar, sobre todo en climas donde la humedad del aire es alta, como ocurre en climas de la costa. Las hojas juegan un papel importante en el secado, parece que influyen en el transpiración de la humedad del cogollo hacia el exterior. Los restos del manicurado pueden ser aprovechados para hacer hachis, o para cocinar. Las tijeras se untarán de resina durante el manicurado, formando una capa de hachís negro. Es un buen hachís para fumar, aunque si se fuma sin curarlo el efecto será muy corporal, siendo más propenso a generar ansiedad. Es útil fumar este hachís para distinguir los efectos del hachís curado y sin curar.

Uno de los grandes dilemas del cultivo de cannabis es el cuando se deben cortar las plantas para su posterior secado. Existen varios métodos para determinar el moménto óptimo de cosecha.

El primero consiste en observar el color de la cabeza de los tricomas (resina) mediante una lupa de 20x. Cuando aún es temprano para cosechar el color es transparente. Cuando se acerca el momento de la cosecha el color de los tricomas se vuelve translúcido. En el momento óptimo para la cosecha el color de los primeros tricomas se vuelve ámbar. Para observar el color de los tricomas deberemos utilizar una lupa de unos 20 aumentos o más. Teóricamente cuando los tricomas se vuelven de color ámbar el nivel de THC en los tricomas es máximo. A partir de entonces el THC se descompone en otra sustancia denominada CBN.
El segundo método consiste en observar los pistilos de los cogollos. Cuando el 50% de los pistilos ya están marchitos podemos cosechar. La regla del 50% no es estricta, muchos cultivadores prefieren esperar a que la mayoría de los pistilos estén marchitos. La importancia de cosechar en el momento óptimo viene de que la cantidad de THC presente en los cogollos depende del grado de madurez. El THC es la substancia principal del cannabis y la máxcima responsable del estado de psicoactividad en el cerebro, pero también influyen otras substancias presentes en el cannabis.
El primer método fue diseñado para lograr cosechar cuando la presencia de THC es máxima. Los tricomas no sólo contienen THC sinó que contienen muchas substancias que también son importantes. Las dos más conocidas son el CBD (cannabidiol) y el CBN (cannabinol). Cuando la hierba está fresca, antes de secar, el THC, CBD y CBN no están presentes en su forma activa (activa para el cerebro), sinó que están en forma de ácido. Al secarse la marihuana los ácidos de THC CBD, CBN y el resto de substancias presentes se transforman en versiones activas para el cerebro. El paso de ácido de THC a THC se produce durante todo el proceso de secado y curado, gracias a la acción del oxígeno. Aún después de estar seca la hierba no ha alcanzado el nivel máximo de THC, sino que es necesario un proceso de almacenaje (curado) para elevar la cantidad de THC hasta niveles máximos.

Cuando ya se tiene experiencia con la cosecha quizás no sea necesario llevar a cabo ninguno de los dos métodos. A simple vista sabremos el momento óptimo de la cosecha. No sólo el aspecto de los pistilos y los tricomas nos puede indicar el momento de cosecha sinó que también aspecto del cogollo en general. Los cogollos son impresionantes cuando los cálices están inflados. El tamaño de los cálices depende mucho de la genética, pero cuando los pistilos están marchitos casi al 100% es cuando los cálices son más gordos.

Cuando decidamos el momento óptimo de la cosecha podemos optar por cortar la planta entera o cortar progresivamente los cogollos, a medida que van madurando. Se pueden sacar las hojas más grandes si así lo deseamos. No es conveniente sacar todas las hojas y dejar el cogollo pelado, ya que las hojas ayudan a transpirar el agua hacia el exterior acelerando el secado.

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Secado de marihuana

Para llevar a cabo el secado se necesita disponer de un recinto con ciertos requerimientos. El recinto deberá ser lo más oscuro posible, ya que los tricomas se degradan con luz directa. Deberá estar bien aireado, sobre todo durante los primeros días. Para que el secado sea perfecto la temperatura ideal de la sala de secado debe ser de unos 15ºC, cuanto más elevada es la temperatura más THC se pierde por degradación. La temperatura de secado no debe pasar de 30ºC, ya que la pérdida de THC sería notable.

El cannabis pierde el 85% de su peso durante el secado, procedente del agua que contiene la planta. La humedad del aire en el recinto subirá hasta el 90 o el 100% si el recinto es estanco, pudiendo aparecer moho en los cogollos si la ventilación es insuficiente. La ventilación durante el secado es muy importante, ya que si no hubiera buena ventilación podemos perder toda la cosecha en pocos días debido a los hongos. Si no existiese ventilación procedente del exterior se puede utilizar un deshumidificador eléctrico para rebajar la humedad de la sala.

Conviene que el secado de la planta se haga de la forma más lenta posible, ya que es mejor para la descomposición de los ácidos de THC en THC. En climas húmedos (humedades superiores al 60%) la hierba nunca llega a secarse del todo, y el proceso de secado se puede alargar demasiado (más de un mes). En cambio en climas secos (humedades menores del 50%) el secado se acelera demasiado, pudiéndose secar en una semana. Las hojas de la planta ayudan a acelerar el secado de la planta, transpirando el agua hacia el exterior gracias a los estomas. Por tanto, en caso de que el ambiente de la sala de secado sea alta será conveniente no cortar las hojas de la planta. En cambio, si la humedad de la sala es baja convendrá cortar las hojas de la planta para retrasar el secado.

Para el secado hay dos opciones: se cuelgan las plantas o las ramas boca a bajo (mediante mechas o cuerdas) o bien se dejan acostados sobre cartón o una rejilla (nunca sobre láminas de plástico), aunque el método más seguro contra los hongos es colgarlas.

Si hubiera mucha cantidad para secar sería conveniente el uso de un ventilador para evitar la propagación de hongos. El mayor peligro de cualquier cultivador es que la cosecha se pudra durante el secado. Eso es posible si la humedad ambiental es elevada, cuando ocurre esto, focos de botrytis que quedan en los cogollos se expanden rápidamente, afectando a toda la sala en pocos días si no estamos alerta. Para evitar desastres de este tipo se debe ventilar bien la sala con aire seco, y aunque las condiciones fueran favorables se deben inspeccionar los cogollos periódicamente para comprobar que ningún foco de botrytis se está expandiendo.

Cuando las plantas se están secándose no conviene apilarlas demasiado, para que el aire pueda circular bien entre los cogollos. Durante los primeros días de secado, las plantas aún están vivas y siguen respirando, y no es bueno secar las plantas en un dormitorio si éstas invaden una gran parte del espacio.

Las hojas son las que tardan menos en secarse, después se secará la parte exterior de los cogollos. La hierba estará lista cuando la parte interior de los cogollos está seca. Cuando todo el cogollo está bien seco las ramas crujen al doblarlas, si se doblan y no se rompen aún falta tiempo de secado. Si la humedad ambiental es elevada es posible que la hierba nunca llegue a secarse del todo, esto suele ocurrir en zonas de la costa, debido a la humedad procedente del mar. En climas de interior la hierba se seca rápidamente, ya que la humedad del aire es muy baja en esas zonas.

Cuando la hierba empieza a secarse es un buen momento para sacar todas las hojas, lo que se denomina “manicurado”.

Consejos para secar marihuana

Las plantas o las ramas pueden ser colgadas boca abajo si se desea, pero tambié pueden secarse encima de una bandeja o papel. No se recomienda en ningún caso secar en bolsas de plástico ni en recipientes de este material. No amontonar las colas, o hacerlo lo menos posible, los cogollos se chafan y la hierba tarda más en secarse. Lo importante es que el secado sea hecho en un sitio a la sombra sin ninguna luz directa, que sea ventilado y no muy seco para que el secado no sea muy rápido y la hierba tenga una buena curación.

Si el sitio es muy seco o el secado es rápido, mediante microondas o similar, la hierba quedará muy crujiente y quebradiza y se desmenuzará en polvo, también afectará al sabor y rascará la garganta al fumarla. Si por el contrario el sitio es húmedo o mal ventilado, pueden aparecer hongos que malograrán el producto, huele la hierba periódicamente para detectar si se forman hongos. Si ya se han formado retira las partes más atacadas y airea bien el resto, además de tener un gusto pésimo, pueden malograr el THC e incluso no se puede asegurar su no-toxicidad.

Con la oxidación del secado la resina cobra las propiedades psicotrópicas. El tiempo normal de curación y secado dura entre seis y diez días, según el sitio en el que se realice y el grosor de las colas y cogollos. El sitio ideal seria similar al que se usaría para curar embutidos, o para secar tabaco. La luz solar y las altas temperaturas destruyen gran parte del THC. Sólo se podrá empaquetar cuando esté bien seca.

Si se cierra muy hermética es mejor forrar las paredes del bote con papel para que absorba la poca humedad que se pueda condensar. Los envasados al vacío son efectivos si se quiere guardar por periodos prolongados.

Las diferentes calidades dentro de una misma planta vendrán calificadas de mayor a menor potencia de la siguiente forma: Cola de la punta principal-colas de las ramas principales-cogollos de la zona media de la planta-cocollos de la zona inferior-brotes jóvenes-hojas pequeñas-hojas medianas, y ya como infumables las grandes hojas y los tallos. Los cogollos se unen a la rama por un pequeño tallo, por lo que es fácil separarlos uno a uno con unas tijeras, evitando manipularlos. Se coge la rama y se empiezan a cortar desde abajo, hasta que se llega a la cola, que es mejor dejarla entera y no desmenuzarla en los cogollos que la forman. Los cogollos serrán cortados con tijeras y tocándolos lo menos posible, justo en el momento de ser consumido.

Una buena curación es imprescindible, y se desaconseja cualquier método de secado rápido. También desaconsejamos los métodos que se aconsejan en algunas publicaciones ya obsoletas, tales como enterrar la hierba o secarla con cítricos, eso seguro que formará hongos.

Secado rápido de marihuana

Si el sitio es muy seco o el secado es rápido, mediante microondas (diez o quince segundos) o el horno (previamente calentado a baja temperatura), y esperar a que se termine de evaporar la humedad un par de minutos. Con este método, la hierba quedará muy crujiente y quebradiza y se desmenuzará en polvo, también afectará al sabor, al olor y rascará la garganta al fumarla.

Otra opción rápida de secar marihuana consiste en ponerla en un papel higenico doblado y se enrolla con la hierba en un radiador o estufa de baja potencia, tendremos un secado más rápido pero una “mejor calidad”.

Podemos secar los cogollos más a medio plazo (dos o tres días) dejándolos en una hoja de papel para que absorban la humedad, y aireándolos en una ventana para facilitar el proceso.

Estos métodos de secado, evidentemente, no son los más recomendables, sólo para hacer una cata previa de la hierba o en casos de extrema necesidad. Es difícil ver los cogollos y no poder hacer nada, pero es absolutamente necesario tener paciencia, la recompensa valdrá la pena.

C

consejos para la plantacion

Lavado de la tierra

Con cada riego la tierra se carga con sales minerales que la planta no aprovecha. Estas sales modifican el PH del suelo, volviéndose más alcalino o ácido, dependiendo de la cantidad de calcio que contenga el agua; las raíces también sufren con excesos de sales a su alrededor. Este problema suele presentarse sobre todo en cultivos con macetas.

Para medir la cantidad de sales que contiene el substrato existe un método: medir la EC del agua sobrante de las macetas. Cuando la EC alcanza niveles exagerados, como 15 ms/cm, es conveniente proceder al lavado de tierra.

El lavado de tierra y raíces consiste simplemente en regar abundantemente la planta para que las sales sean arrastradas con el agua. Si se dispone de un medidor de EC se puede ir midiendo la cantidad de sales conforme el agua va saliendo por debajo de la maceta, parando de regar cuando la EC esté por debajo de los 5 a 10 ms/cm. Si no se dispone de medidor de EC se puede seguir la regla de regar con una cantidad total de agua igual al doble del volumen de la maceta.

Se puede utilizar agua del grifo para lavar la tierra, pero es necesario corregir el PH del agua para que las raíces no sufran. El valor del PH deberá ser igual al del PH del agua que se ha utilizado para regar normalmente.

Después de un lavado de tierra las raíces encontrarán menos nutrientes a su alrededor, y los síntomas de carencias de nutrientes aparecerán pronto; por tanto se debe prevenir y aportar una pequeña dosis completa de nutrientes en cada riego.

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Montaje de un invernadero

La función de un invernadero consiste en retener el calor para que la temperatura interior aumente unos grados. El calor procede del sol cuando es de día, y del suelo cuando es de noche. El suelo se encuentra siempre a una temperatura de 15ºC. Cuando hace mucho frío la capa superior del suelo puede bajar y llegar a congelarse, aunque no son éstas las condiciones en que se debe cultivar (y menos florecer) con invernadero.

Podemos aumentar el calor dentro del invernadero si practicamos un agujero de medio metro de profundidad, si es posible, manteniendo el invernadero al nivel del suelo. La temperatura de las capas más profundas del suelo son más calientes. Para aumentar y establilizar un poco más las temperaturas un buen método es rellenar en todo lo posible el agujero de estiércol. El estiércol y los microrganismos que lo descomponen son un buen generador de calor.

El montaje de la estructura de un invernadero no es difícil, pero suele llevar unas horas de trabajo. Podemos hacer la estructura de madera, comprando listones a medida, o reciclando madera. Es conveniente dibujar un mapa antes de obtener las piezas, para saber el número y medida de listones que necesitamos, y de cómo deberán ir montados. Para que las escuadras del inverndero sean rígidas laa mejor opción es clavar unos listones atravesados, formando un triángulo con la escuadra. También es buena idea construir las paredes del invernadero con ladrillos, pero la luz que recibirán las plantas será menor.

También se puede hacer una estructura de hierro si tenemos herramientas para cortar y soldar metal. También es posible montar una estructura a partir de elementos prefabricados, que incluso están perforados para tener infinidad de posibilidades de montaje. Las piezas se unen mediante tornillos y tuercas.

La estructura deberá tener una altura mínima de medio metro, aunque lo mejor es una altura progresiva como los invernaderos mostrados en la foto, para que la luz del sol incida mejor.

Se debe escoger el material para cubrir el invernadero. Se puede recubrir con plástico transparente, laminas de plástico rígido o láminas de cristal. El cristal es bastante pesado, y la estructura debe ser lo suficientemente fuerte para soportar el peso. Las láminas de plástico son un poco caras, pero aguantan bien el calor, igual que el cristal. Las láminas de plástico se ajurean fácilmente con un taladro, lo que facilita el montaje. El cristal suele dar más problemas, ya que es un material cortante y pesa mucho. La solución ideal, si se utiliza crtistal, es aprovechar ventanas viejas que pueden encontrarse habitualmente en las basuras, colocándolas directamente encima de la estructura. Un film de plástico es una buena opción si el clima no es demasiado frío.

Es muy conveniente instalar una malla en el invernadero para asegurar que las plantas se hacen más altas que el invernadero. La malla deberá ser paralela a la techo y situada como mínimo 30cm por debajo del techo.

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La poda de tallos

Para controlar la altura de la planta y promover el crecimiento de los tallos laterales se puede podar el tallo principal. La poda debe realizarse durante la fase de crecimiento, cortando la punta del tallo, sin dañar los brotes laterales, y dejando siempre tres nudos por debajo (ver fotos). No se deben realizar podas durante la floración, ya que las puntas de los tallos acumulan mucha energía, que al podarse la planta no podrá recuperar. Durante la fase de crecimiento las puntas de los brotes también acumulan energía, pero esta energía se recupera en unos días más de crecimiento. Mediante la poda pues, se retrasa el crecimiento, pero se gana una mejor distribución de los brotes de la planta, lo que permite una cosecha más uniforme.
Las ramas bajas de la planta de las que no se puede esperar producción alguna pueden ser podadas sin miedo, en este caso se poda para promover una mejor ventilación y para que la planta invierta la energía en los cogollos superiores. Estas ramas pueden aprovecharse para hacer esquejes.

La poda es una técnica importante cuando la altura que la planta puede alcanzar está limitada, como por ejemplo en cultivos de interior. En estos casos no es conveniente cultivar plantas con un único tallo principal, la razón es que obtendremos un cogollo principal que recibirá toda la luz y muchos cogollos secundarios de calidad inferior. Si podamos el tronco principal una vez el tronco principal se divide en dos, y si volvemos a podar estos troncos obtendremos cuatro cogollos principales que recibirán la misma cantidad de luz.

Es posible realizar una segunda poda, esta vez sobre los tallos secundarios que tengan mayor altura. Es bueno esperar a que los brotes tengan un par de nudos antes de realizar la segunda poda.

Otra técnica para limitar la altura de la planta es aplastar con los dedos los tallos que crezcan demasiado. Para ello se coge el tallo con los dedos y se aprieta el tallo con cuidado, sin partirlo. Esta es una técnica quie hace sufrir a la planta, pero su eficacia hace que sea muy recomendable. Con esta técnica se consigue que la planta invierta tiempo en reparar el tallo dañado y en reforzar la estructura, mientras el resto de brotes no dañados sigue creciendo. Se verá como la zona que ha sido aplastada se ha recuperado en varios días y cómo esa zona se ha engordado y endurecido. Ésta técnica si que puede utilizarse durante la floración, siendo muy útil para controlar la altura de variedades sativas, que suelen crecer mucho durante el inicio de la floración. Esta técnica es eficaz para mantener igualada la altura de todos los tallos durante la floración.

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Sembrar marihuana

La planta tarda de 2 a 15 días en nacer, según la edad de la semilla. Las semillas no suelen presentar dificultades para enraizar si tienen menos de dos años. Para semillas más viejas se pueden aplicar técnicas para aumentar el porcentaje de nacimiento. Una buena y sencilla técnica consiste en dejar en remojo, con agua tibia, las semillas, 24 horas exactamente y posteriormente pasarlas a un tiesto enterrándolas en un aguijerito de medio centímetro de profundidad, en un substrato de calidad. Después del remojo se pueden aplicar hormonas de enraízamiento a la semilla para estimular el nacimiento. El agua que se utiliza para el remojo y para regar debe tener una temperatura alrededor de 20ºC para aumentar las posibilidades de nacimiento, si es posible se utilizará agua de lluvia o destilada. Una vez la semilla está plantada deberemos mantener el substrato húmedo hasta el nacimiento de la semilla, si el substrato se seca excesivamente corremos el peligro de que la pequeña raíz también se seque.

Cuando la semilla ha nacido y aparece el primer par de hojas (llamados cotiledones) el crecimiento es bastante lento comparado con el crecimiento de esquejes. Transcurren 20 días a partir de su nacimiento hasta que la plantita no ha desarrollado suficientemente sus raíces y hojas para iniciar un crecimiento rápido.

Cuando las plantitas procedentes de semillas nazcan, se debe tener especial cuidado en que el tallo de las semillas no crezca excesivamente, haciéndose muy largo y débil, lo que suele ocurrir cuando se siembra en tiestos pequeños. Cuando esto ocurre el tallo puede doblarse y quebrarse, pudiendo morir la planta. El alargamiento del tallo se debe a que las condiciones de luz son insuficientes y a que la plantita necesita un trasplante. Cuando trasplantemos una planta con el tallo demasiado largo, conviene enterrar el tallo unos centímetros. El alargamiento excesivo del tallo se produce sobre todo en cultivos de interior. Si esto representa un problema podemos evitarlo pasando las pequeñas plantas a la luz del sol directamente.

Lo ideal es sembrar una semilla por tiesto. Se puede sembrar primero en tiestos pequeños, bajo luz de fluorescentes; una vez han nacido y alargan los tallos en busca de luz se trasplantan a un tiesto de mayor tamaño. Para evitar fracturas del tallo conviene trasplantar en menos de 3 días a partir del nacimiento de la semilla.

Las plantas procedentes de semillas son bastante frágiles debido a su reducido tamaño y requieren de alguna protección si van a estar en exterior, para evitar que los pájaros e insectos se las coman. Sobre todo si el número de semillas es limitado conviene dejar crecer las plantas en casa durante las primeras semanas hasta que alcancen un tamaño más seguro para pasarlas al exterior.

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Crecimiento de la marihuana

Entre los factores que afectan principalmente a la fase de crecimiento estan, sobre todo, la temperatura ambiente y la temperatura del suelo. Si las temperaturas descienden por debajo de los 15ºC el crecimiento será bastante lento. Así pues debemos asegurar una temperatura mínima de 15ºC para que la planta crezca rápidamente. En exterior las plantas no crecerán exhuberantemente hasta que las temperaturas duante el dia y la noche se mantengan por encima de los 15ºC, lo que no suele ocurrir hasta la llegada de mayo. En cultivos de invierno las plantas no crecen demasiado debido a esta razón. En cultivos de interior la temperatura puede ser un problema en invierno, si la sala de cultivo no está bien aislada del frío del exterior.

El número de horas de luz (fotoperiodo) juega un papel importante en el crecimiento de la planta si el resto de factores no limitan el crecimiento. Para mantener las plantas en estadío de crecimiento las horas de luz deben ser superiores a 14. Dependiendo de la genética, algunas plantas florecen con menos poco menos de 14 horas de luz diarias en especial las variedades indicas), pero otras necesitan 12 horas o menos (variedades sativas). Las plantas crecen bastante más con 18 horas de luz que con 15 horas. Por encima de 18 horas el crecimiento deja de aumentar. En cultivos de interior se puede forzar un fotoperiodo de 24 horas de luz diarias, pero el crecimiento no será muy superior al que se consigue con 18 horas.

La cantidad de agua es determinante para el crecimiento. Si los riegos están restringidos el crecimiento también lo estará.

Otro factor importante que influye en el crecimiento son los nutrientes. Cuando las plantas ya tienen un tamaño similar al de la maceta, pueden empezar a mostrar síntomas de carencias de algún nutriente. En esta fase de crecimiento los nutrientes más demandados son el nitrógeno y el hierro. Si las hojas se vuelven cada vez más amarillas, llegando a caerse las más viejas, es síntoma de que el nitrógeno se desplaza de las hojas viejas a las más nuevas, debido a que las raíces no encuentran suficiente nitrógeno en la tierra. Para remediar esto se debe abonar regularmente con un fertilizante especial para crecimiento. Cuando la planta tiene nutrientes suficientes desarrolla hojas de gran tamaño, mientras que si los nutrientes son insuficientes el tamaño de las nuevas hojas será menor y los peciolos adquieren tonalidades púrpuras.

Si el tamaño de la maceta es reducido se producirán carencias de otros nutrientes. Las deficiencias más comunes son, aparte del nitrógeno, el magnesio y oligoelementos. Para asegurar una floración abundante debemos proporcionar un tamaño de maceta suficientementa grande para que no se produzcan carencias durante la fase de crecimiento. Si la planta presenta demasiadas hojas amarillas, y los peciolos se tornan excesivamente rojos (señal de que se producen múltiples carencias), la mejor solución es realizar un trasplante, más que cargar el agua de riego con fertilizantes.

El siguiente factor limitante es el agua. El cannabis necesita grandes cantidades de agua cuando el tamaño de la planta es relativamente grande a la maceta. Si por alguna razón se quiere mantener el crecimiento limitado se puede regular la cantidad de agua al mínimo, proporcionando el agua justa para que la planta no pase sed.

Otro factor decisivo en el crecimiento es la cantidad de CO2 presente en el aire. Una renovación constante de aire mediante ventiladores y extractores asegura la presencia de CO2 en interior. En exterior no existen problemas de ventilación, pero en cultivos de interior debemos asegurar la presencia suficiente de aire renovado mediante extractores. Para más información consultar el apartado 4.3.

Teóricamente las plantas necesitan más de 14 horas diarias de luz para que se mantengan en fase de crecimiento, pero hay una excepción. Las plantas procedentes de semillas (no esquejes), que aún no son adultas, no pueden iniciar la fase de floración aunque el fotoperiodo esté por debajo de las 14 horas de luz. Esto permite sembrar cuando el fotoperiodo es menor de 14 horas sin correr peligro de entrar en fase de floración. Esto permite que se pueda sembrar en exterior cuando el fotoperiodo aún es inferior a 14 horas (desde febrero a abril); en este caso cuando la planta es adulta el fotoperiodo ya es superior a 14 horas.

Aparte de controlar los factores anteriormente mencionados se deben vigilar muy atentamente las plagas cada semana, y actuar con rapidez si se detectan alguna plaga (ver apartado 4.6). Las plagas de insectos como los ácaros son muy difícles de erradicar y multiplican el trabajo del cultivador. Mantener limpia de plagas la zona de crecimiento no es difícil, pero requiere planificación para fumigar periódicamente y así asegurar que no entra ninguna plaga.

Los hongos no son muy comunes durante la fase de crecimiento, aunque pueden aparecer debido a un exceso de humedad, o que ataquen las raíces si el substrato permanece demasiado húmedo durante muchos días seguidos.

Consejos para plantar marihuana

Cantidad de agua en cultivo de interior

En cultivos de interior se debe vigilar la temperatura del agua sobre todo en invierno. Si la temperatura está por debajo de los 15ºC deberemos dejarla reposar en alguna zona que se encuentre a temperatura superior, en bidones por ejemplo. Es muy importante regar con agua templada, ya que el crecimiento y la floración se ralentizan mucho si la temperatura es baja. Se ha confeccionado un calendario para cultivo en exterior para guiar al cultivador novel acerca de la cantidad de agua que requerirán las plantas para cualquier cultivo en exterior:

Durante los meses de febrero y marzo
algunos cultivadores inician ya el cultivo, sembrando las primeras semillas. En estos meses hay pocas horas de luz (11 horas en febrero y 12 en marzo ) y las temperaturas por la noche son aún bastante bajas (por debajo de los 10ºC). Las semillas nacen pero crecen a un ritmo muy lento, y por tanto el riego debe ser muy moderado, respetando sobre todo que se seque la capa superior de tierra antes de volver a regar; si la planta acaba de nacer se debe ir con precaución para que la capa superior de tierra no permanezca más de un día seca.

En abril el fotoperiodo aumenta a 13 horas de luz. La temperatura empieza a subir ligeramente, y ya no hiela por la noche. Como el clima es favorable, se puede combinar el cultivo de interior para crecimiento y el de exterior para florecer. Así, en el cultivo de exterior ya tenemos las primeras semillas que ya se han desarrollado mínimamente y ya miden un poco más de un palmo del suelo. Si las temperaturas son elevadas las plantas consumirán más agua. Cuando las temperaturas desciendan, esperaremos un menor crecimiento y un menor consumo de agua. En general, al ser abundantes las lluvias en abril, no se realizan apenas riegos.

En mayo la temperaturas temperaturas se estabilizan, y las noches son frías en pocas regiones del país. El fotoperiodo ya es bastante más largo y las plantas aumentan el ritmo de crecimiento, siendo el consumo de agua mayor. La superfície del suelo se secará más amenudo. Si deseamos un crecimiento elevado procuraremos que la tierra no permanezca más de un día seca, y controlando las necesidades de nitrógeno y oligoelementos.

En el mes de junio,
el calor se hace constante durante el día, con temperaturas mínimas superiores a los 10 grados. El fotoperiodo es de 15 horas de luz, 9 de oscuridad, el máximo que podemos alcanzar en la península. Las plantas aceleran el desarrollo a partir de este mes aumentando las necesidades de agua. Las temperaturas al mediodía se hacen cada vez más elevadas, y las plantas empiezan a pedir agua más de una vez al día. Debemos vigilar que la tierra no se seque del todo, y que las macetas no se calienten demasiado tomando precauciones, como poner debajo de cada maceta un buen plato que acumule el agua sobrante, que hará de refrigerador de la maceta.

A partir de Julio
el fotoperiodo empieza a disminuír lentamente, pero las calores se mantienen en aumento. Las plantas empiezan a pedir más agua, pudiendo llegar a aceptar varios riegos al día (por la mañana, al mediodía y por la tarde). Las temperaturas son máximas y las macetas corren riesgo de calentarse demasiado. Es un mes, junto con el de Agosto, que la gente suele irse de vacaciones, si es nuestro caso deberemos tomar precauciones, ya que las plantas en estos meses requieren agua cada día. Lo ideal es nunca dejar las plantas solas en los meses de calor. Si vamos a dejarlas solas sería rentable instalar un riego automático. Sinó una persona de confianza deberá cuidar de ellas.

Es en el mes de agosto cuando se produce el último estiramiento de las plantas y empieza la floración, incrementándose el consumo de agua. Las calores se mantienen y los riegos son imprescindibles incluso varias veces al día si se quiere maximizar el crecimiento. Las plantas más tempranas comienzan a florecer, siendo para estas plantas vital que no falte agua. Agosto y Julio son los meses más críticos en cuanto al riego.

En septiembre, las temperaturas empiezan a disminuir y llegan las primeras tormentas. El peso de los cogollos aumenta lo que hace a las plantas vulnerables al viento y la lluvia. Si todos los pistilos están blancos debemos asegurar que a la planta nunca le falte agua, cuando se seque la parte superior de la tierra regaremos, sobre todo las variedades sativas. Las índicas no requieren tanta agua para la floración, cuando los pistilos de los cogollos se vuelven marrones, lo notaremos porque la tierra tarda más en secarse.
Las variedades sativas comenzarán a florecer durante septiembre. Las nubes y tormentas suelen ser frecuentes, lo que hace que en periodos de tiempo en que el cielo esté nublado o llueva las plantas necesitarán mucho menos riego. Es bueno prestar atención al clima para no regar cuando se avecinen lluvias; cuando haga buen tiempo se aprovecha para regar con abono. Cuando las lluvias se prolongan durante una semana, las sativas pueden quedarse sin nutrientes debido a que la lluvia ha arrastrado gran parte de los nutrientes. Después de lluvias abundantes es bueno abonar con oligoelementos y fósforo. Si la planta pide nitrógeno se proporciona, pero en dosis pequeñas, ya que los excesos de nitrógeno aumentan los ataques de botritys (moho gris).
Las variedades índicas son más susceptibles a coger hongos en los cogollos, concretamente el moho gris, el hongo que más afecta al cannabis. Las lluvias facilitan que se propague cualquier hongo por la planta, sobre todo en los cogollos. El moho gris se propaga con más rapidez si la planta tiene excesos de riego, con lo que esperaremos a que la tierra se seque hasta volver a regar.

Octubre es un mes en el que los riegos no son abundantes si llueve, excepto en las regiones más cálidas. Las índicas finalizan en este mes y los riegos suelen ser nulos si llueve. Las sativas están en plena floración y no finalizan hasta Noviembre-Diciembre, que son las únicas que pueden requerir agua si el clima no es lluvioso.

En el mes de noviembre las temperaturas disminuyen bruscamente y las sativas comienzan a madurar. Si el clima ha sido poco favorable las plantas terminarán en noviembre; los lavados de tierra serán probablemente innecesarios debido a que ha habido lluvias abundantes. Si el clima es bastante favorable durante noviembre puede que las plantas aguanten hasta finales de mes o diciembre; las plantas pedirán agua y nutrientes en este caso.

Sólo las sativas de floración más tardía acaban de florecer en Diciembre, los riegos serán muy escasos, debido a que el frío ralentiza el desarrollo de la planta.

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Riego automático

El riego automático ahorra bastante trabajo, pero requiere una instalación de una manguera y un depósito de agua; aunque si se dispone de un grifo nos ahorramos el depósito . El riego ya no es personalizado, tendrá el mismo PH y EC para todas las plantas. La instalación debe revisarse periódicamente, cada semana como mínimo, para asegurar que no se bloquea ningún conducto; para ello se revisa la superfície de la tierra de todas las plantas y se comprueba que esté mojada. Este tipo de riego es peligroso sobre todo en interior, donde suele haber instalaciones eléctricas, porque puede crear inundaciones si se desconecta algún conducto. Es un tipo de riego ideal para cultivo en exterior, y obligatorio para cultivos de grandes dimensiones.

Para montar un sistema de riego automático existen dos opciones:
1-Instalar una manguera enchufada a un grifo de agua corriente por un extremo. Tapamos el otro extremo. Hacemos pasar la manguera cerca de los tallos de cada planta. Hacemos unos agujeros pequeños en cada punto de la manguera con un punzón (una aguja o un cuchillo afilado). Si nos equivocamos haciendo el agujero siempre se puede tapar con varias capas de cinta aislante. Se debe procurar hacer los agujeros del mismo tamaño, para que no haya desequlibrios en el riego. Por poco precio es posible adquirir manguera especial para riego automático, donde se introducen goteros graduables muy recomendables. También se puede graduar la presión abriendo o cerrando el grifo. Podemos instalar un temporizador para regar las horas del día que a nosotros nos interese. Se debe tener en cuenta que en este tipo de riego no se podrá controlar el PH ni los abonos del agua. Es ideal para usar en agosto, cuando nos vamos de vacaciones.
2-Instalar una manguera enchufada a un depósito de agua. El agua puede caer por presión si la altura del bidón es suficiente. Sinó se puede instalar una pequeña bomba con un temporizador. En caso de que se instale una bomba se puede utilizar riego por aspersión, mucho más beneficioso que el riego gota a gota ya que el agua sale bastante más oxigenada. Pero para ello sería necesario invertir un poco más de dinero, en bombas, filtros y temporizadores. En este caso también son muy recomendables los goteros graduables.
Debemos asegurar en los dos casos que la manguera tiene un diámetro suficiente, ya que sinó el agua no llegará a todas las plantas. El diámetro mínimo necesario del tubo depende de la presión que tengamos; por tanto, si el riego es por caída el diámetro necesario es mayor que si se utiliza una bomba o una toma de agua corriente.

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Consumo de agua de la planta

El consumo de agua en variedades sativas es bastante mayor que en índicas. Las sativas, por su elevado ritmo de crecimiento y por el clima del que procede su genética, necesitan de mucha luz y agua. Las índicas, al proceder de zonas montañosas, se han adaptado a las condiciones hostiles de tales regiones, donde abundan los vientos y las bajas temperaturas nocturnas; su consumo pues es menor, ya que no desarrollan plantas grandes. Las sativas estan adaptadas a las regiones de las que proceden, situadas en los trópicos, donde las estaciones son más calurosas, y la planta puede alargar el ciclo de crecimiento y floración; en zonas tropicales las lluvias también son bastante más abundantes. Para regar es posible hacerlo de forma manual o con un sistema de riego automático. Cada forma tiene sus ventajas e inconvenientes.

La forma de riego manual permite personalizar la cantidad de agua para cada planta, corrigiendo en cada riego PH, EC y cantidad de agua; requiere un control diario del aporte de agua, que es lo mejor para las plantas. Cuando se riega manulamente debería hacerse de forma pausada para que el chorro de agua no haga agujeros en la tierra y no se dañen las raíces.

Cuando las plantas son pequeñas en relación a la maceta no conviene inundar el terreno, para que las raíces no se asfixien, por eso se debe esperar entre riegos el tiempo suficiente, hasta que la capa superior de tierra empiece a secarse. El riego manual tiene esta desventaja, debemos dosificar bien el agua para no excedernos cuando la planta es pequeña; cuando nos excedemos con el riego el substrato se inunda dificultando la respiración de las raíces y provocando la asfixia. Cuando las raíces ya han colonizado gran parte del substrato el riesgo de asfixia es mucho menor, ya que su capacidad de absorber agua es mucho mayor. Tampoco se debe dejar que se sequen demasiado los primeros centímetros de tierra cuando las plantas son perqueñas.
Es difícil, en caso de exceso de agua, que la planta llegue a morir si hay un buen drenaje, pero las raíces no estarán suficientemente aireadas y la planta lo notará. Si al regar se producen charcos en la superficie que no desaparecen en menos de medio minuto será señal de que el fondo de la maceta está taponada o que la tierra no es la adecuada. El agua de riego debe ser absorbido por la tierra rápidamente, en varios segundos, para que la planta se desarrolle rápidamente.
Si cultivamos con macetas es recomendable utilizar platos, que permitirán que pueda transcurrir más tiempo entre riegos; si las plantas crecen muy rápido suelen necesitar riegos diarios (en interior) o incluso hasta varias veces al dia en exterior, pero con el uso de platos se reduce el número de riegos. En casos de que la planta consuma mucho agua, se pueden poner platos con más capacidad.

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Agua ideal para la marihuana

El agua del grifo tiene los inconvenientes de contener demasiado calcio, cloro y sodio, además de tener un PH elevado. Si el único agua de que disponemos es del grifo se deben tener estos aspectos en cuenta:

-es conveniente dejar reposar el agua 24 horas para que se evapore la mayor cantidad de cloro posible, ya que el cloro es perjudicial para el suelo y bloquea la absorción de ciertos nutrientes.

-es conveniente disminuir el PH hasta 6 para asegurar la correcta asimilación de todos los nutrientes.

-se deberán realizar lavados de tierra para expulsar las sales acumuladas.

Si se tiene acceso a agua destilada, osmotizada o agua de lluvia lo ideal es mezclar este agua con agua del grifo; de esta forma la proporción de calcio, cloro y sodio disminuye; la mezcla puede ser desde 50% agua del grifo/ 50% agua pura hasta 20% agua grifo / 80% agua pura. Utilizar agua pura al 100% provoca que las carencias de oligoelementos sean más intensas. El agua pura es conveniente utilizarla únicamente al 100% durante las últimas 2 semanas de floración.

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Cantidad de agua para la marihuana

El cannabis es una especie que se acostumbra a la cantidad de riego que se le suministra. Si el riego es abundante la planta crecerá vigorosamente, pero requerirá esa cantidad periódicamente para mantener toda su infraestructura. Si una planta está acostumbrada a un riego abundante se hará grande, pero si disminuímos el aporte diario de agua bruscamente, la infraestructura no podrá ser abastecida de agua y la mayoría de las hojas morirán. Esto suele ocurrir si las plantas están desatendidas durante varios días, lo que suele ocurrir durante el periodo de vacaciones.

Cuando la planta requiere agua las hojas desfallecen y las puntas de los tallos se doblan, la planta pierde toda su fuerza. Si la regamos después de que esto ocurra la planta recupera la fuerza en pocos minutos. Normalmente esto ocurre al terminar el día, cuando hace mucho calor y la planta va justa de agua; por la noche la planta se puede recuperar absorbiendo la humedad del aire, pero si la falta de riego continúa el crecimiento se ralentizará y si la falta de agua se prolonga durante mucho tiempo la planta puede llegar a morir.

Las plantas que se cultivan en secano reciben poca agua y crecen poco dando poca producción, pero su consumo de nutrientes es más bajo y las plagas no les afectan tanto, siendo un tipo de cultivo ideal si no se dispone de tiempo para cuidar las plantas.
Durante la fase de crecimiento la planta soporta mejor los periodos de sequía. Pero si la planta demanda a menudo agua, poniéndose mustia, deberemos aumentar los riegos para asegurar un crecimiento vigoroso y rápido. Como norma general se debe esperar a que se sequen los primeros centímetros de tierra para volver a regar. Si el suelo está siempre húmedo es más fácil que se propaguen hongos por las raíces. Además, en un suelo cargado constantemente de agua, la oxigenación es bastante menor y por lo tanto el crecimiento también.

Durante la fase de floración el consumo de agua se dispara. Durante las pirmeras semanas, hasta que la planta comience a producir pistilos, el crecimiento final se acelera. Al regar se debe procurar que el agua llegue hasta la última raíz, sobre todo en cultivos con macetas, regando hasta que el agua salga por debajo de las macetas. No se vuelve a regar hasta que la superfície del terreno no comience a secarse.

Debe tenerse en cuenta que cuando la humedad relativa del ambiente es baja la tierra se seca en menos tiempo, siendo necesario regar más amenudo.

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Tipos de agua para regar la marihuana

El agua destilada se utiliza para rabajar la EC (corriente eléctrica) del agua de riego. No es conveniente utilizarla para regar directamente, a no ser que sea al final de la floración. Al no llevar ningún mineral, regar con agua destilada aumenta las deficiencias de oligoelementos, sobre todo es posible que aparezcan carencias de calcio. El agua destilada se utiliza en la mayoría de los casos para mezclar con aguas demasiado cargadas de sales.

El agua de lluvia tiene las mismas características que el agua destilada, pero tiene la ventaja que si se recoge recién caída la lluvia, el agua está muy oxigenada. Tiene efectos buenísimos para las plantas, debido a su oxigenación. Pero al acumularla en bidones, pierde el oxígeno (y CO2), convirtiéndose en agua destilada. El agua de lluvia también contiene un pequeño porcentaje de nitrógeno procedente de la atmósfera.

El agua del grifo se caracteriza por tener una elevada cantidad de cloro, calcio y sodio. El cloro en cantidades elevadas es muy perjudicial para las raíces. El calcio aumenta el PH y su exceso interfiere en la absorción del fósforo impidiendo una floración abundante y de calidad. El sodio en exceso interfiere en la absorción de potasio. El agua de las zonas rurales suele ser de mejor calidad. Muchos cultivadores urbanos no tienen otro remedio que utilizar únicamente agua del grifo, pero si existe la posibilidad de mezclarla con agua de lluvia no será necesario lavar la tierra. La EC del agua de grifo oscila entorno a 1ms/cm. El PH suele ser desde 7 a 9 debido al calcio, siendo lo más común 8. Al ser un PH tan elevado suele ser necesario rebajar el PH hasta 6, lo que implica añadir ácido potásico, que aumenta la EC de la solución hasta 1.5 ms/cm en los peores casos.

Agua de pantanos, embalses, balsas, pozos e incluso ríos son muy parecidas. Se debe comprobar el PH y la EC y comprobar que no se trata de aguas excesivamente alcalinas o con EC por encima de 1.5 ms/cm. Suelen tener PH 7 a 8, con EC ligeramente superior a 1. Aunque todo depende de la naturaleza del terreno, en terrenos arcillosos encontraremos las mayores EC. Si el terreno es volcánico, granítico o formado por rocas impermeables (en las montañas) podemos encontrar aguas más puras (EC menores de 1ms/cm y PH neutro)

El agua mineral tiene unas propiedades perfectas para el cultivo de cannabis, a excepción del precio que cuesta, lo que la hace un recurso muchas veces imposible. Dependiendo de la procedencia las características del agua embotellada varían. Las mejores son las que contienen pocas sales, concretamente las que contienen poco sodio. Al ser agua de mayor calidad su contenido en cloro también es bajo. El PH suele estar entorno a 7 y la EC entorno a 0.3 ms/cm.

Como agua de riego se debe utilizar alguna de las mencionadas atrás o una mezcla de ellas. Conviene utilizar agua que tenga una EC entorno a 0.3ms/cm (sin haber añadido fertilizante) si queremos evitar problemas de acumulación de sales en el substrato. La EC del agua de riego es más elevada cuando añadimos fertilizantes.